Mi nombre es Borja Goikoetxea, aunque en Cruz Roja la mayoría me conocen como Goiko. Soy voluntario del área de Socorros y Emergencias desde el año 2008. Participo activamente en preventivos terrestres, Salvamento Marítimo y en el Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias de Búsqueda y Salvamento Terrestre, grupo del que actualmente soy el responsable.
Hacerme voluntario siempre había sido algo que me había llamado la atención. Desde pequeño sentía curiosidad por el mundo de la emergencia y sumado a que también practicaba deportes de aventura, imaginé que podía ser una actividad en la que encajar. Además, creo que tener conocimientos de primeros auxilios es algo básico hoy en día. Tanto a modo de autoprotección en nuestro día a día, como para poder prestar ayuda a quien lo necesite.
Me acerqué al puesto de Cruz Roja de Hondarribia y, tras abrirme las puertas, vi que abría algo más que una puerta de un edificio. Sin dudarlo, me apunté y comencé con la formación.
Actualmente, a pesar de participar en diferentes áreas de Socorros y Emergencias, llevo el grupo del ERIE de Búsqueda y Salvamento terrestre, por lo que mi principal actividad se centra en esta área. Principalmente, las personas a las que ayudamos son practicantes de deportes de montaña como senderismo, trekking, ciclismo, buscadores de setas, fotógrafos… que, por un motivo u otro, sufren algún accidente. También se suelen dar situaciones en las que dichas personas, pese a no sufrir ningún daño, terminan desorientándose y no son capaces de volver por sí solas. Nuestro cometido es localizarlas y realizar la atención sanitaria correspondiente, para posteriormente colaborar con la evacuación con diferentes cuerpos en caso de que esta conlleve una complejidad técnica que no seamos capaces de llevar a cabo por nosotros mismos. Durante este proceso nos solemos centrar en dar un apoyo psicológico a esa persona, ya que generalmente, además del daño que podamos observar físicamente, suelen verse afectados emocionalmente por la situación vivida. Trabajamos con personas y no nos tenemos que olvidar de ello. También solemos actuar en situaciones meteorológicas adversas y desastres naturales, como incendios forestales, nevadas o inundaciones.
Con todo esto, creo que las personas voluntarias vamos cambiando nuestro punto de vista y nos hace acercarnos un poco más a la realidad paralela que muchas veces dejamos de lado. Los accidentes ocurren y hay que estar preparados para actuar, pero, sobre todo, para prevenirlos. Personalmente, enfrentarme a las diferentes situaciones que nos han ido surgiendo, me ha hecho comprender y entender mejor los peligros que entraña la montaña, ya que muchos de ellos, ocurren por imprudencias, pero otros por ignorancia. Dicen que de los errores se aprende y, en este caso, de los errores de los demás también. He visto accidentes de esos que pensamos que a nosotros no nos pueden ocurrir y, tras valorarlos, me he dado cuenta de que sí. Además, el hecho de trabajar con personas te hace tener una capacidad mayor de empatizar con el resto, lo cual creo que es algo que se nos está olvidando a la sociedad.
Todo esto me ha aportado unas experiencias y un bagaje personal con un valor incalculable. Lo cierto es que somos muchos los que hemos hecho del mundo de la emergencia nuestro modo de vida, dedicándonos de manera voluntaria, pero también de manera profesional. Es algo vocacional, aporta una satisfacción personal que no sería capaz de describir. Simplemente te sientes satisfecho con lo que haces. Y siempre lo haces con una sonrisa y con muchas ganas, pese a que estemos empapados, haga frío o llevemos más de 24h sin dormir. También he de decir que cuento con un excelente equipo y eso lo hace todo mucho más fácil. Saber que cuando las cosas se complican puedes confiar plenamente en tu compañero no tiene precio.
Y todo esto lo he conseguido gracias a Cruz Roja. Hay diferentes instituciones y, al igual que cada coche se adapta a las necesidades de cada uno, no creo que haya una institución mejor que otra. Simplemente Cruz Roja es con la que mejor encajo. Quizá sea por el amplio abanico de posibilidades que ofrece, con el que prácticamente cualquier persona pueda encajar. ¡Desde la mar a la montaña!
Son muchas las anécdotas y recuerdos que me llevo, pero, por destacar una reciente, me gustaría resumir una búsqueda que tuvo lugar a finales del pasado verano. Organizamos una práctica nocturna simulando una búsqueda. En mitad de la misma, nos encontramos en un bosque una persona haciéndonos señales con una linterna. Se trataba de un padre intentando buscar a su hijo, que le había llamado por teléfono unas horas antes diciendo que se le estaba echando la noche encima y no era capaz de regresar al coche. La práctica se convirtió en una situación real. Como teníamos su localización, gracias al GPS y al trabajo en equipo, lo pudimos localizar enseguida. Y son con situaciones como estas cuando ves que la ciudadanía tiene unas ciertas carencias a la hora de manejar este tipo de situaciones. Si nosotros no hubiéramos estado por la zona, probablemente, la búsqueda de equipos especializados no se hubiera iniciado hasta que el padre hubiera desistido. Por eso me gusta utilizar esta situación para ver lo importante de llevar material adecuado a la actividad que realicemos, así como en caso de ocurrir algo activar y movilizar los recursos de emergencias lo antes posible.
Por último, me gustaría despedirme animando a la gente a que se acerquen a la asamblea local de Cruz Roja más cercana y que pregunten por la actividad que se realiza. Seguro que hay algo en lo que se pueda ayudar.
Preguntas (0)
Comparte tus inquietudes y resuelve las dudas que te hayan surgido.
Nadie ha hecho preguntas sobre esta experiencia, ¡Anímate y se el primero en preguntar!